«Quién me lo iba a decir. Y mira que si hago memoria es una de las cosas que siempre he llevado peor. Esa sensación de no saber que poder hacer para evitar que llores y que termina las más de las veces en un enfado de la rabia que me da esa impotencia. Si toca que estés disgustada, tranquila. Hártate de llorar. Si es que además es lo que tienes que hacer. Si solo estás frustrada, la verdad es que lo mismo. Pero igual me preguntas y te respondo utilizando la frase de Rhett. No siento que deba hacer nada al respecto. Y me parece muy sano. Así que tú misma.»
Hoy a las siete y media. Tratando de que Marina se comiera una francesa. A la pobre le ha tocado hoy lo de ella «y lo de su prima». Porque esto es una de las cosas más importantes que aprendí antes de llegar a los cuarenta.