Y yo estaba…

En Barcelona el día del atentado. Pero salía por aquel entonces con una chica que vivía al lado de la estación de Atocha y cogía todos los días el tren de cercanías para ir a trabajar. He estado haciendo memoria y no recuerdo grandes detalles de ese momento. Creo que cuando me llamó -no recuerdo haberme enterado y haberla llamado yo a ella primero- era temprano y poco más. No recuerdo tampoco si llego a acercarse a la estación antes de que estallaran las bombas. Mi único recuerdo tiene que ver con lo difícil que se hacía en momentos como ese tratar de estar con alguien que tienes a esa distancia. Y pensar que era algo que antes o después tenía que resolver porque no era forma de vivir.

Y entre medias, desde entonces hasta hoy, poco más. Desconozco la razón. Y supongo que debe ser el motivo para tener tan pocas cosas que contar. Se habrán ido, si alguna vez existieron, diluyendo en la memoria. Bueno, también hay otra cosa: hoy mientras me duchaba pensaba en como ha cambiado en mi la reacción cuando veo llorar a alguien. Quizás es que antes me superaba el creer que yo debía de tener el poder -y si no lo tenía tenía la culpa de ello- de evitar que quien fuera se encontrase así. Hoy no me hubiera ocurrido lo mismo. Simplemente dejaría que llorase.

Publicado por Eduardo

Nací en 1974, lo que me hace demasiado joven para poder escribir una biografía -ja-.

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