La idea no vale tanto, lo importante es la ejecución

Había quedado para comer un día de esta semana, e iba a apuntarse alguien que parece ser le está dando una vuelta a la idea de emprender. Al final vamos a aplazar ese ágape para otro momento así que, aunque no le urja lo que pueda comentarle al respecto, como se trata de un tema de bastante actualidad, me parece que no estaría de más publicar ya alguna entrada de las que tenía pensadas para enumerar cosas que la gente debería tener en cuenta en el momento que decida emprender.

Lo normal sería comenzar la serie hablando sobre razones adecuadas y equivocadas por las que se puede emprender. Después se podría tratar los errores más comunes a evitar cuando te encuentras dándole forma al proyecto. Solo tenéis que darle una oportunidad a google o visitar vuestra librería favorita para encontrar cientos de manuales que explican todo esa parte de manera sencilla y amena. Al margen de mi propia experiencia o la de conocidos, poco os podría aportar que mejorase lo que con ellos vais a poder aprender. Lo que me sorprende es lo poco que se trata lo que ocurre justo a continuación. Una vez la decisión está tomada. Si aspiras a Dirigir para otro o necesitas contratar un perfil de ese tipo son cosas que de igual modo es necesario conocer.

Ya has montado tu empresa. Si estás en este punto anteriormente habrás oído repetir que las ideas no valen gran cosa y que lo verdaderamente importante es la manera en que se ejecutaran. Es cierto y, lamentablemente, como decía, pocas veces están suficientemente explicadas las implicaciones de esta afirmación. No olvides esto de ahora adelante: ya no eres exactamente un emprendedor, que también. Ahora diriges ese proyecto emprendedor. Y existen siete puntos de los que deberás ocuparte personalmente tú, o la persona que designes por delegación:

  1. Las personas, que son las que conforman tu equipo. Lo más importante, como habrás oído también en infinidad de ocasiones y tu punto de apoyo.
  2. La financiación. Y por favor, trata de olvidar por unos instantes, si es que has pensado en ellas, las palabras inversión o inversores. Insisto, ahora diriges una empresa, piensa en términos de flujos de caja, son los que te permitirán pagar a las personas de tu equipo y los que financiaran tus operaciones.
  3. Las operaciones. La forma en la que operas tienen que dar como resultado productos o servicios adecuados que te sea posible vender.
  4. Las ventas. Aunque parezca una obviedad, tienes que vender. En teoría todo el mundo te dirá qué tiene este punto más que claro. En la práctica mucha gente lo obvia. Si no estás vendiendo es que no estás vendiendo bien.
  5. El marketing. No te servirá de nada promocionar un mal producto o servicio fruto de malas operaciones o que no estés consiguiendo vender. Promociona tus productos o servicios únicamente para llevar las ventas a otro nivel.
  6. La tecnología. Es la base sobre la que te resultará posible llevar a cabo actividades de innovación. Usa la tecnología para crear nueva tecnología que te lleve sucesivamente a otra tecnología en un proceso iterativo sin fin.
  7. La estrategia y la innovación. La estrategia es el puente que une el lugar donde te encuentras hoy con ese otro lugar donde deseas estar mañana. Si no tienes estrategia no tienes puente y, sin puente, nunca podrás llegar a ese sitio. Junto con ella opera la innovación. En otra entrada explicaré este punto con mayor detenimiento pero, por ahora, piensa que el camino marcado por la estrategia se corresponde con un futuro que será distinto al que contemplas en tus escenarios. Deberás ser capaz de adaptarte y eso solo te resultará posible mediante innovación. Sabrás si lo estás haciendo bien al respecto atendiendo a la continuidad que tengan las actividades que identifiques como innovadoras en tu organización. De nada te sirve, por ejemplo, acometer proyectos que no tengan continuidad una vez que los has terminado. Ese es un típico y claro ejemplo de mal llamada innovación. Por último, no olvides que el componente innovación descansa por completo únicamente en uno de todos estos puntos: las personas. Una empresa que de verdad sea intensiva en conocimiento pensará eternamente en ellas, porque un problema de personas o en el equipo será el primero que tenga que resolver. Capturar, retener y generar equipos que funcionen es crítico para ellas. Si no tienen esa importancia de la que hablamos anteriormente en tu empresa es simplemente porque no estas innovando. No hay discusión.

Quizás algunos tengáis aptitudes comerciales y seáis capaces de vender, pero de nada os servirá si vuestras operaciones dan como resultado malos productos o servicios. Tampoco si descuidáis el aspecto financiero y tenéis tensiones de tesorería que os impidan financiar las operaciones o retribuir a las personas de vuestro equipo. Cualquiera de estos supuestos os llevaría a tener problemas a corto plazo. Por el contrario, aunque solucionables si os dais cuenta a tiempo, descuidar marketing, tecnología o estrategia e innovación, os llevará irremediablemente a esos mismos problemas en un horizonte distinto. Por favor, si dirigís personalmente vuestro propio proyecto no descuidéis estos puntos. Si por el contrario vais a contratar a alguien para que lo haga por vosotros aseguraros de que asimismo tiene un perfil que os inspire seguridad al respecto. He visto demasiadas empresas con directores al frente buenos en un área que no piensan en todas las demás. Por último, os diría que pensaseis en estos siete puntos pero en orden inverso. Os dará una idea del tiempo que tendréis para solucionar lo que ocurra respecto a ellos. Los problemas en innovación, estrategia y tecnología disponen de un margen que se acorta dramáticamente a medida que descendemos en el listado. Cuando llegan a las personas, ya sea en forma de rotación, huelgas, etc. ya no suele caber solución.

Si eres Directivo y tienes responsabilidad en todas o alguna de estas áreas, cuentas con un equipo financiado que ópera bien y vende bien, felicidades, puedes empezar a pensar en el mañana. Si no es el caso, yo de tu me arremangaría.

Publicado por Eduardo

Nací en 1974, lo que me hace demasiado joven para poder escribir una biografía -ja-.

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